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Oscar Carpintero señala que corrupción y capitalismo “van de la mano”

“La corrupción y el capitalismo van de la mano, están íntimamente relacionados”. Esta frase fue una de las que pronunció el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid, Oscar Carpintero, durante la charla que ofreció el pasado miércoles, 11 de enero, en la sede de IU Valladolid sobre “los corruptores”. El objetivo era reflexionar sobre la corrupción desde el punto de vista de quien corrompe, a menudo responsables de grandes empresas que tienen una vida respetable y respetada por la sociedad. Sin embargo, Carpintero ofreció datos que concluyen que las grandes corporaciones gastan cantidades enormes de dinero en corrupción porque les resulta terriblemente rentable. En su opinión, la guerra contra la corrupción pasa por mejorar la transparencia de las instituciones públicas para que sepamos a quienes se adjudican las obras y los servicios públicos y en qué condiciones.

La presentadora del acto, la periodista, Rosa Martínez, comenzó haciendo una reflexión sobre la ausencia de noticias sobre corrupción en nuestra Comunidad Autónomo y vinculándolo con la propiedad de los grandes medios de comunicación en Castilla y León. La falta de esta información nos dificulta conocer la magnitud de este fenómeno en el entorno más próximo. Pero tampoco sabemos demasiado de cómo funcionan las corporaciones trasnacionales, aunque Óscar Carpintero trató de arrojar algo de luz sobre esta cuestión. En concreto señaló que las grandes empresas españolas, como Endesa, Telefónica o Gas Natural, obtienen más del 30% de sus beneficios por operaciones realizadas en América Latina, uno de los continentes más permisivos con la corrupción. Igualmente hay grandes empresas que operan en los sectores con más indicios de corrupción, como la construcción. También estas empresas son las que ponen a disposición de los políticos las llamadas “puertas giratorias” que son “un ejemplo más de corrupción empresarial”.

Datos preocupantes

Aunque la corrupción empresarial se mueve en la oscuridad, hay índices, como el de Transparencia Internacional, el más conocido, que nos permite atisbar algo de lo que ocurre en los grandes despachos. Este índice se basa en encuestas a directivos de empresas privadas a los que se les pregunta sobre su percepción del grado de corrupción de los países en los que operan sus empresas. Sólo en los últimos años se les ha empezado a preguntar sobre los actos de soborno y otras corruptelas que ejercen sus empresas. Uno de cada 3 directivos de empresas de todo el mundo, de un colectivo de 11.000 encuestados, reconoció que utilizan la corrupción para conseguir contratos. Según el Banco Mundial, sólo en sobornos se destinan entre el 1,5 y el 2% del PIB mundial. La conclusión que nos aporta Óscar Carpintero es que, sin estos corruptores, no habría corrupción.

Corrupción igual a beneficios

Hasta 1977 Estados Unidos consideraba legal sobornar a gobiernos extranjeros para conseguir contratos y hay algunos ejemplos concretos que llegaron a ser juzgados y multados por el equivalente norteamericano de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. La empresa General Electric, el número 11 del ranking empresarial mundial, tuvo que pagar una multa de 23 millones de dólares por prácticas sistemáticas de soborno al gobierno iraquí en el marco del programa de las Naciones Unidas “Petróleo por Alimentos”, un programa que Carpintero denominó “un gran coladero de prácticas corruptas”.  Siemens, la empresa que ocupa el número 71 del ranking mundial, acumuló multas de casi 3.000 millones por prácticas sistemáticas y continuadas de soborno para conseguir contratos en todo el mundo, varios de ellos también dentro del programa Petróleo por Alimentos. Igualmente Daemler Chrisler, tuvo que pagar una multa de 90 millones para conseguir varios contratos, con los que se calcula que logró beneficios por valor superior a los 2.000 millones de dólares.

Este es el problema real, corromper sale muy rentable. Hay estudios que calculan que por cada dólar utilizado en sobornar a gestores públicos, la empresa obtiene 11 dólares de beneficio.

Información descontextualizada

Óscar Carpintero incidió también sobre la información que nos llega sobre corrupción. Los medios de comunicación lo presentan como si fueran hechos aislados, descontextualizados. “No se informa sobre quiénes son los corruptores y cómo se benefician las empresas privadas de estos actos” resaltó. “Nunca escuchamos o leemos un relato coherente que permita entender la estructura que sustenta, permite, e incluso hace necesaria la corrupción, ni que explique qué es lo que permite la impunidad de estos actos, porqué no pasan factura” resaltó. El problema es que “obviamos quiénes son los dueños de los medios de comunicación y qué relación tan estrecha tienen con el poder económico”.

 

Esta manera de presentar la corrupción deja también fuera del foco el fraude fiscal, los delitos laborales, los delitos ambientales, la corrupción corporativa.

 

Por último Óscar Carpintero señaló que “la solución para combatir  a  los corruptores  no es crear organismos o instituciones especiales, sino reforzar las instituciones de justicia y aumentar la publicidad y transparencia sobre las actuaciones  de las administraciones públicas, para que haya un mayor control sobre ellas”.

 

La charla estaba incluida en el programa “Metiéndonos en jardines” con el que Izquierda Unida Valladolid se aproxima a los tema de más actualidad desde una óptica de izquierdas y con la voluntad de obtener conclusiones con las que realizar políticas de verdadero cambio social.

 

Artículo de Oscar Carpintero, publicado en el nº 135 de la revista Papeles, editada por la FUHEM

 http://www.revistapapeles.es/

Están disponibles en la Web la introducción de Santiago Álvarezhttp://www.revistapapeles.es/detalle.aspx?content=164

También se puede leer el  artículo de Magda Banderahttp://www.revistapapeles.es/detalle.aspx?content=164

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